Corazón grande

Que el Señor cure a la suegra de Pedro es una rareza en el evangelio. Por que el Señor hace cientos, si no miles, de curaciones, pero todas ellas a personas desconocidas, que le salen al paso o a las que él va a buscar. Es raro, en el evangelio, seguro que no fue así en su vida, que el Señor cure a una persona del entorno cercano, casi familiar. No sé si sería la intención del evangelista, pero este hecho nos indica una dirección en nuestra vida cristiana. Salir de nuestro entrono, de lo que es cercano a nosotros. La misión abarca hasta los confines del mundo. Nos necesitan personas absolutamente desconocidas, lejanas, personas con las que jamás tendríamos ninguna relación. Todas ellas están necesitadas de la Buena Noticia, de la Gracia de la Salvación. ¿Es mi vida de fe estrecha?, ¿se reduce mi apostolado a los de mi casa?, ¿sólo me siento cómodo moviéndome en entornos conocidos como mi parroquia, mi grupo…?

Señor danos un corazón magnánimo, una mirada universal. Que seamos capaces de alcanzar a los desconocidos.