Jesús no es un gurú que nos guía para que alcancemos el bienestar y nos sintamos bien con nosotros mismos, una especie de «coach» espiritual para nuestro crecimiento personal. Lamentablemente parece que es a lo que ha quedado reducido para muchos. Los demonios, sin embargo lo tienen claro: «Tú eres el Santo de Dios». Y tiemblan. Saben que ha llegado el Reino de Dios y que su tiempo se ha acabado.

En el año 2000, fue publicada La declaración Dominus Iesus  por la Congregación para la Doctrina de la Fe, ratificada por el Papa Juan Pablo II. Sería bueno releerla. Recordemos algunos puntos clave de la declaración:

• Jesucristo es el centro, clave y fin de toda la historia humana, y la revelación de Dios en Él es plena y definitiva.
• Afirma la unicidad y universalidad de la mediación salvífica de Cristo; solamente Él es el verdadero Salvador para todos.
• La Iglesia católica tiene la plenitud de los medios de salvación y la verdadera doctrina revelada por Cristo.
• El diálogo interreligioso y el esfuerzo ecuménico son importantes, pero no pueden relativizar la verdad revelada por Cristo y la Iglesia.
• Rechaza el relativismo religioso y cualquier tentativa de equiparar a Jesucristo con otros líderes religiosos o su Iglesia con otras comunidades.